8M
No vengo a felicitarte nada, sé que este camino es cansado y parece interminable a veces, pero rodeada de mujeres que son inspiración, compañía, relevo y sostén sé que seguiremos reivindicando y avanzando hacia ese lugar que también nos pertenece.
Desde mi humilde posición me he comprometido a dar voz y recordar a esas mujeres que abren camino y son ejemplo e inspiración.
Así que hoy quería rescatar los nombres y obras valiosísimas de varias mujeres que he conocido en los últimos meses y que me han enamorado. Algunas de ellas casi caen en el olvido sólo por el hecho de ser mujer, otras han sido presentadas al mundo bajo la sombra de un nombre masculino.
Por todas ellas y por las que no conoceremos nunca, por las que somos y por todas las que vendrán.
Mary Gartside
Fue una artista inglesa que hizo lo que ninguna mujer antes había hecho: publicar un libro sobre la teoría del color (1805). El objetivo de Gartside con él era ilustrar las armonías y los tonos de los colores primarios y secundarios de una manera más orgánica y menos científicamente esquematizadas que las ruedas de color de sus famosos antepasados masculinos en el campo.
Su nombre y obra no trascendió a pesar de conseguir crear diagramas cromáticos que eran en sí mismos una verdadera obra de arte.
Puedes leer más sobre ella y su estudio aquí
Ruth Matilda Anderson
fue una fotógrafa estadounidense de la Hispanic Society of America. Realizó dos largas campañas de fotografía etnográfica entre Galicia y Asturias de 1924 a 1926.
La conocí porque hace unos meses fui a ver una exposición en Valencia llamada “La fotografía esencial en tiempos de Sorolla” pensando que lo que me iba a encontrar era efectivamente, documentos gráficos sobre la vida y proyectos del pintor. Pero en realidad se trataba de una colección de fotografías de la España rural de principios del siglo XX realizadas por varios artistas, la mayoría mujeres.
Más de la mitad de los obras de la sala eran fotos de Ruth Matilda Anderson. Fotografías de una belleza y un valor incalculable. Las fotografías poco o nada tenían que ver con Sorolla entonces, ¿por qué el nombre de la autora no aparecía ni el título ni en la descripción de la exposición?. De hecho, una vez dentro de las salas se referían a ella como “la amiga de Sorolla”, como si necesitara estar dentro de ese marco para que la exposición o sus fotos fueran de interés. Da mucho que pensar.
Suzanne Simard
Es profesora de ecología forestal en la Universidad de Columbia británica). Ha desarrollado teorías y realizado experimentos para demostrar cómo los árboles son capaces de comunicarse entre sí a través de unos hilos subterráneos de hongos que unen a casi todos los árboles de un bosque.
Descubrió que los abedules y los abetos de Douglas comparten carbono. Los abedules reciben carbono extra de abetos de Douglas cuando uno de ellos pierde las hojas; por su parte, los abedules suministran carbono a los abetos de Douglas que se encuentran en sombra.
Un bosque es un lugar con vida social donde hay conflicto, negociación, reciprocidad e incluso altruismo.
Bego Antón
Conocí su fotografía gracias a una convivencia fotográfica que hice el año pasado. Me enamoró porque su trabajo reflexiona sobre nuestra implicación psicológica y moral con el mundo natural.
Actualmente está desarrollando un proyecto maravilloso: Haiek danak sorginak (Todas ellas brujas). Se trata de una recreación de la caza de brujas que ocurrió en Euskal Herria durante la Edad Media. Busca desmitificar la figura de la bruja y elevar a todas las mujeres que durante años sufrieron está persecución que acabó con la vida de miles de ellas.
Como comentaba, es un proyecto que está en proceso de creación pero en su web puedes ver un poquito más.
Si te apetece compartir el nombre y obra de alguna mujer a la que admires sería maravilloso que lo dejaras en comentarios (en la app)
Seguimos
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Mil gracias por este descubrimiento. Salud!